De Bárcenas y otras (malas) hierbas

En estos días asistimos al deprimente espectáculo de la corrupción sin medida de nuestra casta política. Resulta desolador contemplar día tras día como las evidencias acerca de la podredumbre ética y moral de esta recua de miserables no hacen sino crecer y multiplicarse. La hediondez de sus comportamientos va más allá de repartirse un dinero en “discretos sobres” o de pagarse “payasos, confeti y fiestas”, con todo lo despreciable que nos parece. Lo realmente preocupante para España es la sensación generalizada de que ningún miembro de la casta está libre de corrupción. Y de que todos, en la medida en que se lo permite su facilidad para el trinque, se comportan de la misma manera a la mínima ocasión que tienen. Los ejemplos abundan, desgraciadamente, allá donde uno mire, con independencia de los colores de cada cual. Pero, ¿qué se puede esperar de un país que se empeña, obcecada y cerrilmente, en reelegir a individuos embusteros y corruptos hasta la náusea como Camps, Más o Griñán?

Sin embargo, si intentamos mirar un poco por encima de toda esta basura, una serie de preguntas afloran inmediatamente: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿es sólo la casta política un nido de gusanos o más bien un reflejo de la sociedad actual?

Y en el caso de la sanidad, también sería de agradecer un poco de autocrítica en este sentido. ¿O acaso no es una estafa el incumplimiento del horario laboral de todos aquellos, muchos o pocos, que llegan sistemáticamente tarde y de manera igualmente sistemática se marchan antes de acabar su jornada?, ¿o acaso no es una estafa que intervenciones programadas en jornada complementaria de tarde (“peonadas”) se efectúen en el turno normal de mañana, eso sí, cobrándolas como extra? ¿Y que decir de todos aquellos que cobran complementos de guardia sin realizar la labor que se supone justifica dicho complemento? ¿Qué diferencias hay entre la manera de cobrar “sobresueldos” y los cobrados en sobres (aparte de la cuantía, claro está)? ¿Y que decir de la, en ocasiones, “peculiar” colaboración de la industria farmacéutica con los médicos? Si bien es cierto que esos pagos en especies son, afortunadamente, cada vez más infrecuentes, en un pasado muy cercano lo han sido. ¿Cómo debemos de considerar el pago por parte de industrias y laboratorios de eventos, congresos, jornadas variadas,…?, ¿alguien cree realmente qué se realizaban de manera altruista?, ¿qué no existía, ni existe, una intención de influir sobre la voluntad y decisión prescriptora del médico?, ¿qué era una inversión a cambio de nada? Todas estas cuestiones, y otras que seguro nos podríamos plantear, ¿nos parecen bien?, ¿no las consideramos estafa ni mamandurria?… El hecho en sí de la estafa no debería ser más o menos permisible en función tan solo de la cuantía, sino que debe de ser repudiada en todas sus variantes. Y eso nos atañe especialmente a todos los que trabajamos en este sistema, tan corrupto en ocasiones como cualquier otro.

En definitiva, la casta política nos estafa, pero no son los únicos que lo hacen. Y la AUTOCRÍTICA es un elemento imprescindible para todos los médicos que nos sentimos justamente indignados. Y es que mientras sigamos consintiendo, e incluso justificando, comportamientos de este tipo, no habrá solución. Se impone empezar una profunda regeneración del Sistema Público de Salud que permita eliminar estas bolsas de estafa conocidas y toleradas si realmente queremos salir del pozo en que nos hayamos sumidos.

2 comentarios en “De Bárcenas y otras (malas) hierbas

  1. http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/02/08/noticias/1360326718.html
    Cuál es el modelo a elegir? Son todos igual de malos? vamos a un modelo americano? Tiene solución el modelo público? Es el privado un modelo de corrupción como se está viendo en la pérfida Albión, que el tal Cameron tiene que salir a pedir perdón por unas atrocidades cometidas hace apenas 13 años?
    Ahí os os dejo el análisis de Pedro J, íntimo de la cada vez más «Verso Suelto» Aguirre, sobre lo bueno que es el modelo Valenciano copiado en Madrid… y tengo que reconocer que sobre el papel, el modelo es bueno, pero claro, es que el papel lo aguanta todo…

    P.S. qué representa la imagen de tu blog?

    • Muchas gracias, Richi!. Yo también creo que el modelo público tiene solución, pero que exige un cambio radical de abajo a arriba, arrasar con los ineficientes y mediocres que lo pueblan y reconstruirlo sobre la base de la profesionalización y la meritocracia. Y, por supuesto, ello debiera llevar la necesidad de acabar con las plazas «de por vida» y laboralizar al personal, como a cualquier profesional en España. Si seremos capaces o no, de nosotros dependerá, pero es cierto que hay mucha resistencia interna y que la lucha será dura. Muchos estamos en ello, otra cosa es que nos dejen…

      P.S.: la imagen es, o intenta ser, un lanzallamas…

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