Elecciones (y decepciones) generales en España #2015…

 

imgresCon esto de la “Fiesta de la Democracia” sucede, al menos en España, lo mismo que con esas auto-impuestas fiestas de fin de año, a las que se va muchas veces por un absurdo sentimiento de obligación sin tener, realmente, ni gana ni necesidad de ir y que derivan en una sensación de aburrimiento y pérdida de tiempo enorme o, en el peor de los casos, acaban con una resaca brutal de la que se tarda en recuperar. Y eso que, como con todas las resacas, lo mejor es eliminar cuanto antes, y por el medio que sea, el agente ocasionante de la misma. Al menos, eso es lo único que permite la vuelta a un cierto estado de estabilidad…

La resaca de la última Fiesta de la Democracia que la escoria política que puebla nuestro rico y variopinto país nos ha “obligado” a celebrar promete ser de las que se recuerdan tiempo después con asco y desprecio. Después de meses, incluso años, de permanente campaña electoral, de continúas revelaciones a cual más sórdida y pútrida, de sacar a la luz la nauseabunda capa que cubre gran parte de la política española, lo único que ha quedado claro, meridianamente claro, es que a más del 70% de los votantes, y es de suponer que al 27% que no votó otro tanto, les importa poco o nada la corrupción de muchos partidos políticos. Ni los escándalos sobre el cobro de comisiones, ni la falsificación de cuentas, ni los pagos en dinero negro, ni las desviaciones familiares de dinero a montañosos paraísos fiscales, ni la utilización torticera de la justicia para bastardos intereses personales, ni la manipulación de fondos públicos destinados a los parados, ni las oscuras y tenebrosas fuentes de financiación de algunos partidos políticos han sido capaces de modificar la inercia de un voto demasiadas veces cautivo. Ni el conocimiento, con nombres y apellidos, de quienes se han lucrado mediante sobres, de quienes han recibido dinero de tiranías despreciables o de quienes se han aprovechado impunemente del dinero público concedido en forma de becas, han torcido el obtuso pensamiento de la mayoría de votantes españoles. ¡Y eso que en esta ocasión había una amplio abanico de posibilidades reales donde elegir, más allá de los habituales exotismos existentes en estos festejos!

Lo único cierto es que a 3 de cada 4 electores, todo esto les importa un rábano. Peor aún, todos ellos encuentran justificación para defender a los “suyos” al tiempo que critican ferozmente a los “otros” como si les fuera la vida en ello. Más aún, se escandalizarán ahora de que mucha gente haya votado a “a los otros” pese al hedor corrupto que desprenden sin pararse siquiera a considerar que igual o peor hedor desprenden “los suyos”, y lo harán en la mejor tradición española de total ausencia de autocrítica y nula capacidad de asumir responsabilidades

Sin embargo, esto es sólo una parte de la realidad. Lo verdaderamente triste es que nuestros políticos, nuestra escoria, no son sino un reflejo, más o menos distorsionado, de la sociedad. Estos chorizos y mangantes que pueblan la política en España ya llegan, en muchos casos, bien enseñados. Nos podemos quejar de nuestros políticos, de sus actitudes, de sus turbios manejos, pero ¿cómo hacerlo en un país donde mucha población prefiere, cuando no exige, pagar o cobrar “sin factura” a fin de ahorrarse el IVA?, ¿cómo hacerlo en un país donde se acepta que empleados públicos incumplan de manera sistemática su jornada laboral o que, directamente, hagan abstención de la misma muchos días?, ¿cómo hacerlo en un país donde la mediocridad brilla y el aprovechamiento, en beneficio propio, del trabajo y esfuerzo ajenos parece norma?, ¿cómo hacerlo en un país donde gran parte de la población entiende como una obligación que el estado se haga cargo de cualquier fracaso empresarial – lease sellos, inversiones varias, gestiones de cartera, renovables,…- porque, al fin y a la postre, “el dinero público no es de nadie”?, ¿cómo hacerlo en un país donde se exige que el estado proporcione de todo, a todos y todo gratis despreciando, cuando no castigando, el esfuerzo e iniciativa individual?, ¿cómo hacerlo en un país donde la meritocracia es sistematicamente apartada frente al amiguísimo y pago de favores prestados?…

Así es España, y los políticos tan sólo repiten actitudes y comportamientos instalados tan profundamente que son ya parte de las señas de identidad nacionales. Al final, lo peor que nos deja esta enésima “Fiesta de la Democracia” no es el carajal en que se ha convertido la formación de un gobierno estable en España, que no hay nada que sea imposible cuando existen voluntad y ganas de hacerlo bien, sino la resaca de la constatación de que vivimos en un país donde la corrupción carece de importancia para la mayoría de sus votantes.

Eso si, mientras sea la de “los míos”…

«La honradez absoluta no existe en mayor cantidad que la salud perfecta. Hay un fondo de bestia humana en todos nosotros, al igual que hay un fondo de enfermedad»

Émile Zola, novelista francés (1840-1902)

3 comentarios en “Elecciones (y decepciones) generales en España #2015…

  1. ¡¡¡ Qué bien nos conocía Antonio Machado: «En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa» !!! No mas comentarios. Feliz Navidad y próspero Año Nuevo si nuestros políticos lo permiten.

  2. coincidiendo en gran parte con tu entrada, me queda, sin embargo, un regusto de desacuerdo porque tu diagnóstico termina concluyendo que las cosas no pueden ser de otra manera puesto que los políticos corruptos salen de nuestra corrupta sociedad , y eso constituye un mensaje terminante y sin futuro pero no necesariamente cierto. por ejemplo, sería como llegar a la conclusión de que las aves no están dotadas para volar porque las que tenemos en las jaulas no lo hacen.
    para analizar la actitud de los millones de españoles que siguen votando a quien les roba y los desprecia, hay que ir algo más allá. hay que remontarse al sistema social y económico en que se nos educa y a la docilidad y sometimiento al poder que se nos inculca.
    pero, para no fiarlo todo tan largo, habrá que empezar a cuestionarse el futuro del patriarcado como si no hubiera un hoy, y acometer las disfunciones actuales como si no hubiera un mañana.
    un saludo

    • Coincido contigo en que quizás es una visión algo negativa, pero desgraciadamente también real. Ptobablemte, el origen de todo esté en la educación, y así El Niño que es jaleado por copiar en el colegio o el instituto, porque es más hábil que los demás para aprobar sin estudiar, el adulto que «sugiere» obras sin factura (o que lo exige, directamente) o el que hace gala de tener un detector de radares infalible en su coche (cuando no un inhibidor directamente!) que je permite saltarse las prohibiciones existentes sin riesgo de ser multado, son buenos ejemplos. Muchos de estos casos, si se les dan las competencias necesarias, continuarán en esa línea. Y eso ha pasado con muchos políticos: que han tenido la capacidad de hacerlo. Todos son iguales? Obviamente, no. Pero si muchos. Y no vale la excusa de que los engañan, porque eso presupondría que lo desconocíamos. Y no es así. Si se continúa votando a los mismos, año tras año, elección tras elección es pique en el fondo, no se ve del todo mal. Y eso no es sometí miro, es decisión propia de cada cual. L opción de no votar, o votar a otros, siempre esta ahí, pero…
      Al final, cada uno elige libremente, y así debe ser.

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